Las pruebas de ajuste no deben considerarse un procedimiento único. Deben revisarse caso por caso para garantizar la continuidad de la protección. Los cambios en el rostro del usuario o en el propio respirador pueden afectar la eficacia del sellado facial y, en última instancia, el nivel de protección proporcionado. Además, preste especial atención a las formas y características faciales, como rostros angulosos, pómulos altos, mentón hendido, lunares y cicatrices, ya que pueden dificultar el sellado facial del respirador e influir en su rendimiento y protección.
Un respirador del tamaño correcto y funcional proporcionará un sellado seguro alrededor del rostro. La prueba de ajuste confirmará que la mascarilla no presenta fugas.
Se debe realizar y revisar una prueba de ajuste si se aplica alguna de las siguientes situaciones:
- Un trabajo dental significativo ha alterado la forma y la estructura facial.
- Se ha producido un aumento o pérdida de peso notable
- Cicatrices o anormalidades faciales que afecten la confianza del sello facial del respirador.
- Se ha realizado una cirugía facial.
- Se está utilizando un modelo, marca o tamaño de mascarilla diferente
- Un cambio de EPI asociado por encima del cuello cuando se usa con el respirador. (El EPI que se usa junto con el EPR debe ser compatible).
- Sobre la selección inicial de un respirador
- Respiradores no probados ya en uso
- Cuando la política de salud y seguridad del empleador así lo requiera
- Cuando el RPE se utiliza con frecuencia como medio principal de control
Puntos clave:
- Comprenda las ocasiones y situaciones en las que se debe revisar la prueba de ajuste.
- Un buen sellado facial del respirador es fundamental para una protección respiratoria eficaz. Una prueba de ajuste exitosa brindará tranquilidad tanto al usuario como al empleador.