Los Equipos de Protección Individual (EPI) de Categoría III se refieren a los equipos diseñados para proteger a los usuarios contra los riesgos más graves para la salud y la seguridad. Según el Reglamento sobre EPI, la Categoría III «incluye exclusivamente los riesgos que pueden tener consecuencias muy graves, como la muerte o daños irreversibles para la salud».
Esta clasificación garantiza que los EPI de esta categoría se sometan a las evaluaciones de conformidad más rigurosas. Estos productos deben ser probados y aprobados por un organismo notificado y están sujetos a una supervisión continua, que incluye auditorías anuales y pruebas de producto, para garantizar su conformidad.
Algunos ejemplos de riesgos cubiertos por los EPI de categoría III incluyen:
- ruido dañino
- Exposición a sustancias nocivas
- descarga eléctrica
- Temperaturas extremas
- Caídas desde una altura
Debido a que el ruido nocivo ahora se clasifica como un riesgo de Categoría III, seleccionar la protección auditiva adecuada nunca ha sido tan crucial. El EPI seleccionado para estos peligros debe cumplir rigurosas normas de seguridad y ser adecuado para el entorno específico en el que se utiliza.
Puntos clave:
- El EPP de categoría III está destinado a peligros de alto riesgo que podrían causar la muerte o daños irreversibles.
- Los EPP deben pasar pruebas rigurosas y una vigilancia constante.
- El ruido nocivo ahora se clasifica como un riesgo de categoría III.
- Elegir la protección auditiva adecuada es esencial en estos entornos.
- Se deben utilizar únicamente productos que cumplan con los requisitos reglamentarios.